El pez murió poco después de ser descubierto, ratificando las hipótesis de los investigadores de que podía ser debido a una enfermedad
El equipo de expertos que ha localizado la pasada semana a un pez diablo negro, en un descubrimiento único en el mundo de este terrorífico “monstruo marino negro”, ya sabía que este suceso era tan preocupante como extraño. El pez abisal avistado murió poco después, ratificando las hipótesis de los investigadores de que esta especie marina de las profundidades localizado tan cerca de la superficie del mar podía ser debido a una enfermedad.
Esta hembra de pez diablo negro se dejó ver durante sus últimos días de vida, y han sido los mismos expertos que lo avistaron quienes han informado que el animal ha muerto. El cuerpo, de tan solo unos centímetros, ha sido llevado al Museo de Naturaleza y Arqueología de Santa Cruz de Tenerife, donde se procederá a ser analizado minuciosamente y contribuirá a conocer más acerca de esta especie abisal tan extraña.
Por lo general, solo se han registrado larvas o ejemplares en condiciones deterioradas cerca de la superficie del mar y la hembra es más grande que el macho, alcanzando hasta los 18 centímetros.
Diferentes hipótesis sobre su muerte
Este legendario animal de la familia Melanocetus muy pocas veces ha sido visto con vida, y cuando aún la comunidad científica estaba conmocionada por haberlo avistado, murió. Los expertos barajan distintas causas de la muerte, que incluyen los cambios radicales en las corrientes oceánicas, condiciones ambientales adversas o una enfermedad que le llevó a apartarse de su hábitat en las profundidades del mar para exponerse en estas extrañas circunstancias.
El organismo de este animal probablemente no habría tolerado las condiciones de la superficie del mar, puesto que este es un entorno muy distintos a su hábitat extremo, señalan.
El fotógrafo David Jara, el equipo de Jara Natura, los científicos Laia Valor y Marc Martín, Antonio Sabuco y el equipo de investigación Condrik – Tenerife han sido quienes captaron este acontecimiento tan insólito como histórico de este pez diablo negro “saliendo de las profundidades abisales en natación vertical, frente a apenas dos kilómetros de la isla de Tenerife” específicamente junto a la playa San Juan, ubicada en el municipio tinerfeño de Guía de Isora. Sin embargo, los motivos de tener a este terrorífico pez del fondo del mar tan a la vista eran más que preocupantes. El equipo planteó que el pez diablo negro pudiera estar escapando de un depredador o que hubiera sido arrastrado por una corriente oceánica, pero definitivamente la enfermedad es la teoría más posible.
Ahora, se analizará detalladamente las causas de la muerte de esta especie, que indudablemente será recordado por siempre por el equipo y la tripulación que lo han localizado.
El pez diablo negro está altamente distribuido, habita los mares tropicales y subtropicales a nivel mundial, siendo citado por primera vez en las islas de Madeira. “Habita en las profundidades marinas entre los 200 y los 2000 metros de profundidad” y que usa su apéndice dorsal lleno de bacterias simbióticas bioluminiscentes como forma de cebo para captar a sus presas, de la misma manera que en la conocida película de “Buscando a Nemo”.
El pez diablo negro se dejó grabar por primera vez en Tenerife
Como es de recordar, el fotógrafo David Jara captó la semana pasada el que podría ser el primer hallazgo en el mundo de “un pez diablo negro o rape abisal adulto (Melanocetus johnsonii) con vida, a plena luz del día y en la superficie del mar”. Así lo anunció Jara en sus redes sociales, acompañado de un video de esta “especie legendaria que muy pocas personas habrán tenido el privilegio de ver vivo”.
Según parece, los registros que existen hasta el día de hoy corresponden a larvas, ejemplares adultos muertos o grabados con submarinos, dijo, pero él y el equipo de Jara Natura, los científicos Laia Valor y Marc Martín, Antonio Sabuco y el equipo de investigación Condrik – Tenerife lograron grabarlo “saliendo de las profundidades abisales en natación vertical, frente a apenas dos kilómetros de la isla de Tenerife”.
Según explicó Jara Natura en sus redes sociales se trata de un “verdadero depredador del fondo del mar, que habita en las profundidades marinas entre los 200 y los 2000 metros de profundidad”. La razón de su avistamiento en aguas tan cerca de la superficie es “incierta”, dice, puesto que puede ser debido a “una enfermedad, una corriente ascendente, o escapando de un depredador”.
Su especie “Melanocetus” literalmente significa “monstruo marino negro”, un término que “no sorprende con estas fotografías”. “Este impresionante descubrimiento no dejó a la tripulación indiferente y será para siempre recordado”.
