Un ataque deliberado y la terrible agonía de la gata Millu conmocionan al municipio de Mogán
La Guardia Civil, a través del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), ha detenido a un individuo como presunto autor de un grave delito de maltrato animal. Los hechos, ocurridos en un residencial de Mogán, en Gran Canaria, el pasado 30 de agosto, han sacudido a la comunidad local tras conocerse los crueles detalles de la muerte de una gata callejera llamada Millu. Este caso de maltrato animal ejemplifica la violencia que puede sufrir la fauna urbana.
La víctima fue Millu, una gata comunitaria de aproximadamente siete años que formaba parte de una colonia felina establecida en la zona desde hacía mucho tiempo. Los vecinos la describen como un animal tranquilo y confiado, acostumbrado a la presencia de las personas. Esta misma confianza fue, trágicamente, lo que facilitó el fatal desenlace.
La investigación del Seprona: Reconstruyendo los hechos
La investigación se puso en marcha tras una denuncia ciudadana, lo que subraya la importancia de la colaboración social en la lucha contra el maltrato animal. El equipo del Seprona de la Unidad de Vecindario inició de inmediato una exhaustiva labor de investigación para esclarecer lo sucedido. La pieza clave para desentrañar el caso fueron las imágenes de las cámaras de videovigilancia del complejo residencial.
El análisis de las grabaciones permitió reconstruir la secuencia de los hechos con una precisión escalofriante. En las imágenes se puede observar claramente cómo el detenido se acerca a la gata Millu portando un manojo de llaves en su mano. Antes de proceder al ataque, el individuo gira la cabeza, en un gesto que los investigadores interpretan como un acto premeditado para asegurarse de que nadie lo observaba. Acto seguido, asestó un golpe contundente al animal con las llaves.

La agonía de Millu y la insensibilidad del agresor
La fuerza del impacto provocó a Millu una hemorragia interna severa que acabó siendo mortal. Sin embargo, la crueldad del suceso no terminó con el golpe. Las imágenes muestran con crudeza cómo el agresor se limitó a permanecer junto al animal, observando impasible su lenta y dolorosa agonía durante casi un minuto, sin prestarle ningún tipo de auxilio ni mostrar el más mínimo signo de compasión.
Esta pasividad deliberada ante el sufrimiento del animal ha sido un elemento fundamental para la Guardia Civil a la hora de demostrar la intencionalidad del acto. El maltrato animal no solo se refleja en el acto violento inicial, sino también en la omisión de socorro y en la indiferencia hacia el dolor infligido. La labor del Seprona ha sido determinante para recopilar y analizar todas estas pruebas, construyendo un atestado sólido.
El marco legal: Los animales como «seres sintientes»
Este trágico episodio pone de manifiesto, una vez más, la imperiosa necesidad de fomentar el respeto y la empatía hacia todos los animales. La Guardia Civil recuerda que, tras la reforma de la Ley 17/2021, el ordenamiento jurídico español reconoce a los animales como «seres sintientes». Esta condición, efectiva desde enero de 2022, implica que la ley los considera capaces de experimentar dolor, sufrimiento y bienestar, dotándoles de una protección legal reforzada.
La crueldad gratuita, como la exhibida en este caso contra la gata Millu, debe ser unánimemente rechazada por la sociedad y perseguida con todo el rigor que permite la ley. Proteger a los animales es una cuestión de ética, civismo y responsabilidad compartida. Las diligencias instructivas han sido ya remitidas al Juzgado de Guardia de San Bartolomé de Tirajana y a la Fiscalía de Medio Ambiente de Las Palmas, acompañadas de todas las pruebas necesarias para la persecución penal de este presunto delito de maltrato animal. La justicia deberá ahora determinar la responsabilidad del detenido en uno de los casos que más ha conmovido a la sociedad canaria en los últimos tiempos.